El pincho

Era un juego muy sencillo al que se jugaba sobre todo en otoño, cuando todos los chavales andaban por los «praos» cuidando las vacas.

A un palo de aproximadamente medio metro se le sacaba punta en uno de los lados y se tiraba a «jincar» (clavar el palo) en el suelo. El oponente, o los oponentes, a su vez, tiraban el suyo para intentar desclavar el primero. Cuando el último participante había arrojado el suyo, el primero desclavaba su palo y tiraba de nuevo intentando desclavar los otros y así sucesivamente.

Si alguno conseguía desclavar algún palo, el ganador lo golpeaba con el suyo para mandarlo lo más lejos posible.