Flora y Fauna

Flora

La abundante vegetación, las condiciones climatológicas, geológicas, atmosféricas… y la escasa actividad agrícola y ganadera conforman la existencia de un hábitat especial que favorece la presencia de numerosas especies animales. No debemos olvidar tampoco que los montes de Felechas lindan con la Reserva de Pardomino y quedan incluidos en el área regional de los Picos de Europa.

Entre los mamíferos que habitan en los alrededores podemos citar zorros, lobos, jabalíes, corzos, garduñas, comadrejas, tejones, gatos monteses, lirones… .

Pueden observarse también diversas aves, como águilas (real, culebrera y ratonera), gavilanes, azores, abubillas, cernícalos, cuervos, mochuelos, búhos, lechuzas, pájaros carpinteros (conocidos como “picamaderos”), urracas, perdices, codornices, tordos, mirlos, vencejos, golondrinas… y hasta una cigüeña que tiene su nido en lo alto del tronco de un chopo en las afueras del pueblo.

Hay reptiles y anfibios, como víboras, culebras comunes, lagartos, lagartijas, lisos, salamandras, etc. En cambio, la fauna piscícola es casi inexistente.

Fauna

La situación de Felechas, enclavado en un pequeño valle en las estribaciones de la Cordillera Cantábrica, su altitud elevada, en su mayor parte por encima de los 1.100 metros, su complicada orografía, una climatología dura, con largos y fríos inviernos y un verano corto y fresco, una pluviosidad elevada (más de 1.100 mm. anuales) y unos suelos calcáreos, casi siempre con escasa cubierta vegetal, son las condiciones que determinan la existencia de una vegetación rica y variada.

La vegetación predominante en las cercanías del pueblo es de monte bajo, con arbustos que crecen por doquier, alternándose con prados y pastos naturales; conforme nos alejamos y aumenta la altitud la vegetación se hace más densa y cerrada. El roble, en sus distintas variantes, es ahora la especie dominante. Buena parte de las laderas montañosas están salpicadas de matas de roble, alternándose en ocasiones con encinas y otras especies, como hayas, abedules, sabinas, enebros, tejos… No falta, como no, el pino, aunque no existen grandes pinares, sólo algunos de pequeño tamaño por encima del pueblo.

Las zonas bajas

En las zonas más bajas, cerca de los cursos de agua, el chopo es el árbol más difundido; junto con él paleras, salgueros… El negrillo fue hasta hace pocos años otro de los árboles con gran presencia en la comarca. Por desgracia, la epidemia de grafiosis acabó con ellos y sólo es posible contemplar sus troncos secos, si bien, en los últimos años rebrotan algunas negrilleras que hacen concebir la esperanza de que resurjan.

Entre los numerosos arbustos que encontramos destacan los piornos, escobas o retomas, helechos, espinos, arándanos, andrinas, brezos…

Mención especial merecen las plantas aromáticas y medicinales que crecen en varios lugares: orégano, manzanilla, té, romero, tomillo, cola de caballo…Tampoco faltan las setas: champiñones, de cardo, de corro (senderuelas o senderinas), de San Jorge, boletus, etc.

En las cercanías del pueblo, repartidos en pequeños huertos, encontramos árboles frutales: manzanos, perales, cerezos, nogales, ciruelos (cirujales)… Por cierto, aquí su denominación es preferentemente femenina, la cerezal, la nogal…

Repoblación forestal

Desde finales de los 90 se está llevando a cabo una intensa repoblación forestal, favorecida por subvenciones públicas, con diversas especies, como pino, cerezo…

La situación de la vegetación no es excesivamente halagüeña. La intervención del hombre durante años producido una importante degradación del medio. Décadas de actividad minera poco cuidadosa han dejado su huella en forma de explotaciones abandonadas, bocas medio derruidas… y, sobre todo, escombreras (ejemplo monstruoso es la escombrera de la Collada de Sotillos); la apertura de pistas y cortafuegos ha roto el paisaje; proliferan los vertidos incontrolados, en las cercanías del pueblo y en las orillas de la carretera; la tala incontrolada ha provocada una importante disminución del número de árboles… y, menos mal, que los incendios forestales han sido mínimos.

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